jueves, 11 de septiembre de 2014

La maldición alemana: Marc André ter Stegen


Los porteros alemanes no acaban de tener demasiada suerte en el Barça. No es que haya habido muchos a lo largo de sus más de cien años de historia, pero de los tres que se han relacionado hasta ahora más cercanamente con la entidad barcelonista no puede decirse que hayan tenido la mejor de las suertes. El primero que recuerdo, Andreas Kopke, vio como su fichaje, teóricamente cerrado, no era más que un cebo para convencer al portugués Vitor Baia para que se incorporara a un equipo dirigido desde el banquillo por Bobby Robson y un tal Jose Mourinho en el que brilló un futbolista brasileño llamado Ronaldo. El meta, que había protagonizado una Eurocopa 96 de ensueño, rubricada con el triunfo de su selección, acabaría jugando en las filas del Olympique de Marsella.

Tampoco estuvo demasiado afortunado el segundo meta germano que se relacionó directamente con la entidad azulgrana. En este caso, su fichaje sí llegó a cerrarse. Robert Enke llegó a un club demasiado convulso, acostumbrado a devorar casi año tras año a cualquiera que se atreviera a situarse bajo los palos de su portería. Un desgraciado partido contra el Novelda, con un Frank de Boer ejerciendo como el peor compañero de vestuario de la historia dentro y fuera del campo, le condenó al ostracismo como azulgrana. Al día siguiente, desde luego, el defensa holandés trató de matizar sus declaraciones, pero el daño ya estaba hecho. Enke acabaría dejando el Barça casi por la puerta de atrás y, varios años más tarde, tuvo un final trágico. La depresión, con un importante drama personal de por medio, se cebó con él y le llevó a tomar un camino sin marcha atrás.

Ahora, es el momento del tercer meta germano ligado al Barça, Marc André ter Stegen. El joven arquero, nacido el 30 de abril de 1992 en Mönchengladbach, tiene ante sí una ardua tarea, al igual que el chileno Claudio Bravo y Jordi Masip: reemplazar a Víctor Valdés en la meta barcelonista. No será fácil. Desde 2003 hasta la temporada pasada, el canterano fue del todo indiscutible como titular. Una grave lesión de rodilla le impidió despedirse de la afición azulgrana desde el campo y, además, frustró su incorporación al Mónaco. El Liverpool, finalmente, se perfila como su destino más probable, cuando esté totalmente recuperado de su lesión. Tiene una ficha libre y, al estar el arquero sin equipo, al finalizar su contrato con el Barcelona el pasado 30 de junio, podría incorporarlo en cualquier momento.

La sombra de Valdés, desde luego, será muy alargada. El nombre de Ter Stegen ya saltó a la palestra hace más de un año. A pesar de su juventud, se valoraba su buen juego con los pies (por mucho que, de vez en cuando, pueda hacer cosas como ésta) así como sus reflejos y su respuesta en las acciones de uno contra uno, bondades todas que se vieron también reflejadas el año pasado, en su última temporada con el Borussia Mönchengladbach. Incluso Messi ya sabe cómo se las gasta. El conjunto de su ciudad, hasta el momento, había sido el equipo de su vida. Llegó a sus categorías inferiores a muy tierna edad y se estrenó como profesional en el primer equipo en 2011. No pudo tener mejor estreno. En 2012, fue nombrado mejor portero de la Bundesliga. Su palmarés, no obstante, anda por el momento algo huérfano de títulos.

Como todos los porteros, este arquero con apellido de origen holandés tiene también su particular superstición. Si alguien más se pone sus guantes, directamente los descarta y estrena otros. A veces, incluso se los regala a familiares y amigos. Un regalo para nada barato, por cierto. En cuanto al tipo de palma, suele elegirla de tipo envolvente en los dedos, lo que se conoce técnicamente como roll finger, una peculiaridad que permite un contacto más directo con el balón. Muchas veces, por sus características, se le ha comparado con el eternamente malencarado Oliver Kahn. De momento, no ha podido estrenarse como titular en competición oficial con el Barcelona. Una fisura en una vertebra, producto de un choque con su entonces compañero de vestuario Alex Song, ahora cedido al West Ham, le obligó a causar baja en los dos primeros compromisos oficiales. Ahora, ya puede volver a competir de tú a tú con Bravo, el titular en los dos primeros partidos de Liga. De aquí al final de temporada, veremos si Ter Stegen puede romper o no la maldición alemana que ha afectado hasta ahora a la portería del Barça. 

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Cuando su corazón dijo basta: Manuel Almunia


Es un hecho contrastado. Cuanto más atrasado se alinea un jugador de fútbol, más puede prolongar su carrera al más alto nivel. Por eso, normalmente, los porteros y algunos defensas pueden seguir sobre el césped hasta que prácticamente rondan los 40. Normalmente. Muy posiblemente, ésa era la intención de Manuel Almunia. El guardameta, nacido el 19 de mayo de 1977 en Pamplona,  se disponía este verano a fichar por el Cagliari, a volver a jugar de nuevo en primera línea, pero una afección cardíaca truncó sus planes y le obligó a colgar definitivamente los guantes. Por lo menos, a nivel profesional. Todo aquel que lleva dentro el gusanillo del fútbol suele resistirse con uñas y dientes a dejarlo completamente de lado. El balón, hipnótico, atrae demasiado...

Almunia tuvo que emigrar para ser valorado. Algo que, hoy en día, resulta tristemente demasiado habitual por estas latitudes. Tras formarse en las filas del Oberena, debutó con Osasuna B en 1997. Pasó a formar parte de la primera plantilla del conjunto navarro en la temporada 1999-2000, pero no disputó ningún partido en Primera y fue cedido al Cartagena. En la siguiente campaña, jugó otra vez en calidad de préstamo en el Sabadell, donde lograría la distinción como arquero menos goleado de Segunda B. La falta de opciones le llevó a fichar por el Celta, donde las cosas tampoco mejorarían demasiado. El club gallego lo cedería al Eibar (donde se hizo con el Zamora de Segunda A), al Recreativo y al Albacete. En 2004, finalmente, tras protagonizar una buena temporada en el conjunto manchego, fue fichado por el Arsenal, donde se encargaría teóricamente de suplir al alemán Jens Lehmann, un arquero bastante pagado de sí mismo y con quien el meta navarro no consiguió inicialmente tener una buena relación.

Aunque por aquel entonces era habitualmente suplente, rozó la gloria en la final de la Champions de 2006 ante el Barcelona. Lehmann fue expulsado tras derribar Eto'o fuera del área. Almunia se hizo daño en la mano derecha tras desviar un fuerte disparo del propio delantero camerunés que acabó estrellándose contra el poste. No obstante, el arquero que más brilló ese día fue Víctor Valdés, con el que quizás fue su mejor partido como barcelonista. Eto'o, cómo no, en la segunda mitad, y Belletti, con un disparo que se estrelló en la pierna del meta navarro antes de cruzar la línea de gol, se encargaron de remontar el tanto inicial de Sol Campbell y le dieron al conjunto azulgrana la segunda Copa de Europa de su historia.

A partir de la temporada 2007-2008 y hasta la 2009-2010, fue el meta titular de los gunners. Combinó buenas actuaciones con algunos errores de bulto, pero pesó tanto lo bueno que el entonces seleccionador inglés, Fabio Capello, llegó a plantearse convocarlo para jugar con Inglaterra. Algo a lo que el propio Almunia parecía bastante dispuesto. Incluso aseguró que pediría el pasaporte británico si se daba el caso, algo a lo que tenía derecho al cumplir cinco años trabajando en Inglaterra. Su posible convocatoria levantó una gran controversia. A pesar de todo, la posibilidad de defender la meta inglesa acabaría esfumándose (el Daily Mail llegó a publicar que Almunia era "tan británico como la paella") y no está del todo claro que el arquero llegara a hacerse con el pasaporte británico, por mucho que la ínclita wikipedia, en su versión española, lo dé por hecho. Debo confesar que he sido incapaz de encontrar la confirmación de ese hecho, bien porque al final no lo pidiera, bien porque los medios ingleses no se hicieron eco de ello. Los españoles, en cambio, suelen publicar, aunque sea en la sección de breves, el momento en que un jugador extranjero obtiene el pasaporte español. Tal vez The UK is different...

A partir de 2010, Almunia regresó al ostracismo en el Arsenal. Pudo enfrentarse otra vez al Barcelona en la temporada 2010-2011, en los octavos de final de la Champions, después de que Szczesny se rompiera un dedo, pero acabó encajando tres goles y los gunners fueron eliminados a pesar de que se habían impuesto por 2-1 en el Emirates Stadium. El equipo de Guardiola ganó por 3-1, a pesar de que Bendtner tuvo en sus botas un 3-2 que le habría dado el pase a su equipo. En la campaña 2011-2012, fue cedido durante cuatro partidos al West Ham y volvió otra vez al conjunto londinense, que acabaría por rescindirle el contrato al final de la temporada después de que no disputara ni un solo partido con su camiseta. De su etapa en el Arsenal se llevó dos trofeos: la Community Shield de 2004 y la Copa inglesa de 2005.

Tras dejar el conjunto londinense, Almunia fichó por el Watford, de la segunda división inglesa, un club que cuenta con el honor de tener a sir Elton John como presidente vitalicio. Allí jugó durante dos temporadas, dejando otra vez grandes actuaciones como ésta. Este verano, estaba dispuesto a volver a jugar en una primera división europea, con el Cagliari, pero en la pertinente revisión médica se le detectaron unos problemas cardíacos que llevaron a los médicos a aconsejarle que colgara los guantes, un consejo que el meta navarro decidió seguir. Su carrera acabó cuando su corazón dijo basta.