jueves, 11 de septiembre de 2014

La maldición alemana: Marc André ter Stegen


Los porteros alemanes no acaban de tener demasiada suerte en el Barça. No es que haya habido muchos a lo largo de sus más de cien años de historia, pero de los tres que se han relacionado hasta ahora más cercanamente con la entidad barcelonista no puede decirse que hayan tenido la mejor de las suertes. El primero que recuerdo, Andreas Kopke, vio como su fichaje, teóricamente cerrado, no era más que un cebo para convencer al portugués Vitor Baia para que se incorporara a un equipo dirigido desde el banquillo por Bobby Robson y un tal Jose Mourinho en el que brilló un futbolista brasileño llamado Ronaldo. El meta, que había protagonizado una Eurocopa 96 de ensueño, rubricada con el triunfo de su selección, acabaría jugando en las filas del Olympique de Marsella.

Tampoco estuvo demasiado afortunado el segundo meta germano que se relacionó directamente con la entidad azulgrana. En este caso, su fichaje sí llegó a cerrarse. Robert Enke llegó a un club demasiado convulso, acostumbrado a devorar casi año tras año a cualquiera que se atreviera a situarse bajo los palos de su portería. Un desgraciado partido contra el Novelda, con un Frank de Boer ejerciendo como el peor compañero de vestuario de la historia dentro y fuera del campo, le condenó al ostracismo como azulgrana. Al día siguiente, desde luego, el defensa holandés trató de matizar sus declaraciones, pero el daño ya estaba hecho. Enke acabaría dejando el Barça casi por la puerta de atrás y, varios años más tarde, tuvo un final trágico. La depresión, con un importante drama personal de por medio, se cebó con él y le llevó a tomar un camino sin marcha atrás.

Ahora, es el momento del tercer meta germano ligado al Barça, Marc André ter Stegen. El joven arquero, nacido el 30 de abril de 1992 en Mönchengladbach, tiene ante sí una ardua tarea, al igual que el chileno Claudio Bravo y Jordi Masip: reemplazar a Víctor Valdés en la meta barcelonista. No será fácil. Desde 2003 hasta la temporada pasada, el canterano fue del todo indiscutible como titular. Una grave lesión de rodilla le impidió despedirse de la afición azulgrana desde el campo y, además, frustró su incorporación al Mónaco. El Liverpool, finalmente, se perfila como su destino más probable, cuando esté totalmente recuperado de su lesión. Tiene una ficha libre y, al estar el arquero sin equipo, al finalizar su contrato con el Barcelona el pasado 30 de junio, podría incorporarlo en cualquier momento.

La sombra de Valdés, desde luego, será muy alargada. El nombre de Ter Stegen ya saltó a la palestra hace más de un año. A pesar de su juventud, se valoraba su buen juego con los pies (por mucho que, de vez en cuando, pueda hacer cosas como ésta) así como sus reflejos y su respuesta en las acciones de uno contra uno, bondades todas que se vieron también reflejadas el año pasado, en su última temporada con el Borussia Mönchengladbach. Incluso Messi ya sabe cómo se las gasta. El conjunto de su ciudad, hasta el momento, había sido el equipo de su vida. Llegó a sus categorías inferiores a muy tierna edad y se estrenó como profesional en el primer equipo en 2011. No pudo tener mejor estreno. En 2012, fue nombrado mejor portero de la Bundesliga. Su palmarés, no obstante, anda por el momento algo huérfano de títulos.

Como todos los porteros, este arquero con apellido de origen holandés tiene también su particular superstición. Si alguien más se pone sus guantes, directamente los descarta y estrena otros. A veces, incluso se los regala a familiares y amigos. Un regalo para nada barato, por cierto. En cuanto al tipo de palma, suele elegirla de tipo envolvente en los dedos, lo que se conoce técnicamente como roll finger, una peculiaridad que permite un contacto más directo con el balón. Muchas veces, por sus características, se le ha comparado con el eternamente malencarado Oliver Kahn. De momento, no ha podido estrenarse como titular en competición oficial con el Barcelona. Una fisura en una vertebra, producto de un choque con su entonces compañero de vestuario Alex Song, ahora cedido al West Ham, le obligó a causar baja en los dos primeros compromisos oficiales. Ahora, ya puede volver a competir de tú a tú con Bravo, el titular en los dos primeros partidos de Liga. De aquí al final de temporada, veremos si Ter Stegen puede romper o no la maldición alemana que ha afectado hasta ahora a la portería del Barça. 

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Cuando su corazón dijo basta: Manuel Almunia


Es un hecho contrastado. Cuanto más atrasado se alinea un jugador de fútbol, más puede prolongar su carrera al más alto nivel. Por eso, normalmente, los porteros y algunos defensas pueden seguir sobre el césped hasta que prácticamente rondan los 40. Normalmente. Muy posiblemente, ésa era la intención de Manuel Almunia. El guardameta, nacido el 19 de mayo de 1977 en Pamplona,  se disponía este verano a fichar por el Cagliari, a volver a jugar de nuevo en primera línea, pero una afección cardíaca truncó sus planes y le obligó a colgar definitivamente los guantes. Por lo menos, a nivel profesional. Todo aquel que lleva dentro el gusanillo del fútbol suele resistirse con uñas y dientes a dejarlo completamente de lado. El balón, hipnótico, atrae demasiado...

Almunia tuvo que emigrar para ser valorado. Algo que, hoy en día, resulta tristemente demasiado habitual por estas latitudes. Tras formarse en las filas del Oberena, debutó con Osasuna B en 1997. Pasó a formar parte de la primera plantilla del conjunto navarro en la temporada 1999-2000, pero no disputó ningún partido en Primera y fue cedido al Cartagena. En la siguiente campaña, jugó otra vez en calidad de préstamo en el Sabadell, donde lograría la distinción como arquero menos goleado de Segunda B. La falta de opciones le llevó a fichar por el Celta, donde las cosas tampoco mejorarían demasiado. El club gallego lo cedería al Eibar (donde se hizo con el Zamora de Segunda A), al Recreativo y al Albacete. En 2004, finalmente, tras protagonizar una buena temporada en el conjunto manchego, fue fichado por el Arsenal, donde se encargaría teóricamente de suplir al alemán Jens Lehmann, un arquero bastante pagado de sí mismo y con quien el meta navarro no consiguió inicialmente tener una buena relación.

Aunque por aquel entonces era habitualmente suplente, rozó la gloria en la final de la Champions de 2006 ante el Barcelona. Lehmann fue expulsado tras derribar Eto'o fuera del área. Almunia se hizo daño en la mano derecha tras desviar un fuerte disparo del propio delantero camerunés que acabó estrellándose contra el poste. No obstante, el arquero que más brilló ese día fue Víctor Valdés, con el que quizás fue su mejor partido como barcelonista. Eto'o, cómo no, en la segunda mitad, y Belletti, con un disparo que se estrelló en la pierna del meta navarro antes de cruzar la línea de gol, se encargaron de remontar el tanto inicial de Sol Campbell y le dieron al conjunto azulgrana la segunda Copa de Europa de su historia.

A partir de la temporada 2007-2008 y hasta la 2009-2010, fue el meta titular de los gunners. Combinó buenas actuaciones con algunos errores de bulto, pero pesó tanto lo bueno que el entonces seleccionador inglés, Fabio Capello, llegó a plantearse convocarlo para jugar con Inglaterra. Algo a lo que el propio Almunia parecía bastante dispuesto. Incluso aseguró que pediría el pasaporte británico si se daba el caso, algo a lo que tenía derecho al cumplir cinco años trabajando en Inglaterra. Su posible convocatoria levantó una gran controversia. A pesar de todo, la posibilidad de defender la meta inglesa acabaría esfumándose (el Daily Mail llegó a publicar que Almunia era "tan británico como la paella") y no está del todo claro que el arquero llegara a hacerse con el pasaporte británico, por mucho que la ínclita wikipedia, en su versión española, lo dé por hecho. Debo confesar que he sido incapaz de encontrar la confirmación de ese hecho, bien porque al final no lo pidiera, bien porque los medios ingleses no se hicieron eco de ello. Los españoles, en cambio, suelen publicar, aunque sea en la sección de breves, el momento en que un jugador extranjero obtiene el pasaporte español. Tal vez The UK is different...

A partir de 2010, Almunia regresó al ostracismo en el Arsenal. Pudo enfrentarse otra vez al Barcelona en la temporada 2010-2011, en los octavos de final de la Champions, después de que Szczesny se rompiera un dedo, pero acabó encajando tres goles y los gunners fueron eliminados a pesar de que se habían impuesto por 2-1 en el Emirates Stadium. El equipo de Guardiola ganó por 3-1, a pesar de que Bendtner tuvo en sus botas un 3-2 que le habría dado el pase a su equipo. En la campaña 2011-2012, fue cedido durante cuatro partidos al West Ham y volvió otra vez al conjunto londinense, que acabaría por rescindirle el contrato al final de la temporada después de que no disputara ni un solo partido con su camiseta. De su etapa en el Arsenal se llevó dos trofeos: la Community Shield de 2004 y la Copa inglesa de 2005.

Tras dejar el conjunto londinense, Almunia fichó por el Watford, de la segunda división inglesa, un club que cuenta con el honor de tener a sir Elton John como presidente vitalicio. Allí jugó durante dos temporadas, dejando otra vez grandes actuaciones como ésta. Este verano, estaba dispuesto a volver a jugar en una primera división europea, con el Cagliari, pero en la pertinente revisión médica se le detectaron unos problemas cardíacos que llevaron a los médicos a aconsejarle que colgara los guantes, un consejo que el meta navarro decidió seguir. Su carrera acabó cuando su corazón dijo basta.

martes, 26 de agosto de 2014

Un portero a prueba del mal fario: Memo Ochoa


Hay números que caen más simpáticos que otros. En general, el 13 suele estar entre los menos agraciados. Acompañado de un día de la semana, martes para los españoles y viernes para los anglosajones, suele ser sinónimo de que pueden avecinarse funestas consecuencias. Hay un famoso ex piloto de motocicletas español, campeón en múltiples ocasiones, que, para evitar lucir ese guarismo en su motocicleta, recurría a un mucho más socorrido 12+1... Normalmente, es el número reservado a los porteros suplentes, si bien en las últimas competiciones internacionales que ha disputado La Roja ninguno de sus metas ha decidido lucirlo. Una actitud que se ha visto reflejada también en muchas otras selecciones.

No obstante, hay también algunos a los que el 13 les parece un número la mar de apetecible. Hace más de una década, el entonces azulgrana Thiago Motta me confesó durante el transcurso de una entrevista que le habría encantado lucir el dorsal 13 en la Liga española. No obstante, fiel a la tradición, en esta competición los dorsales 1 y 13 se reservan para los porteros. Guillermo Memo Ochoa, internacional mexicano, tampoco tiene reparo alguno en lucirlo. En absoluto. El flamante fichaje del Málaga para reemplazar al argentino Willy Caballero no cree demasiado en la suerte. Bueno, para ser exactos, no cree en la mala suerte. En su caso, el 13 le trae buenas vibraciones. Él mismo explica que nació un día 13 (de julio de 1985, para ser exactos, en Guadalajara) y que por eso suele elegir ese número para defender los colores de la tri. Desde luego, en su nueva aventura, lucirá también orgulloso ese guarismo, cuando le toque jugar, claro está. Por el momento, el primer elegido para hacerlo ha sido el camerunés Carlos Kameni.

Tras amasar una trayectoria destacada en la liga mexicana en las filas del América entre las temporadas 2003-2004 y 2010-2011, donde sumó los únicos títulos que, por ahora, adornan su palmarés, se decidió a dar el salto a Europa. En las tres últimas campañas, ha defendido la portería del Ajaccio, en la Ligue1 francesa. El descenso del equipo, en la temporada pasada, le llevó a buscar su salida del equipo. Josep Maria Minguella, ex candidato a la presidencia del Barcelona y ex agente futbolístico, llegó a comentar la posibilidad de que el arquero fichara por el conjunto barcelonista, tras el adiós al finalizar la temporada 2013-14 de Víctor Valdés y José Manuel Pinto. No obstante, los azulgrana, que ya habían contratado al alemán Ter Stegen, se decidieron por apuntalar la portería con el chileno Claudio Bravo.

El Málaga, atento, se hizo finalmente con sus servicios. A lo largo de su trayectoria, Memo Ochoa ha demostrado ser un portero más que acostumbrado a firmar grandes actuaciones. En el Mundial de Brasil, por mucho que algunos le confundieran jocosamente con Ted Mosby, suya fue la parada más destacada del campeonato, a remate de Neymar. Una acción que recordó, y mucho, a aquella que le hizo Gordon Banks a Pelé. Cómo no, en su camiseta llevaba el dorsal número 13. El mismo que piensa lucir en el Málaga, por mucho que Kameni ahora le haya tomado la delantera. Al fin y al cabo, ya ha demostrado que él es un portero a prueba del mal fario.

jueves, 31 de julio de 2014

El talismán de unos amantes: Sergio Romero


La chuleta, el gran aliado de los malos estudiantes. O de aquellos que, sin ser malos, se ven pillados por sorpresa por un examen del todo inesperado. En el fútbol, no obstante, una chuleta puede ser el mejor aliado de un portero a la hora de enfrentarse a una tanda de penaltis. Andreas Kopke, entrenador de porteros de la selección alemana en 2006, le dio un papelito al meta titular germano, Jens Lehmann, para facilitarle el trabajo en ese trance ante la selección argentina. Dio resultado, y la albiceleste quedó apeada en los cuartos de final del Mundial de Alemania, una cita en la que Italia acabaría alzándose con el triunfo. Ocho años después, en Brasil, otro meta, el argentino Sergio Romero, en este caso, leía también un papelito antes de enfrentarse a los lanzadores de la selección holandesa en las semifinales de Brasil 2014. Resultado: paró los lanzamientos de Vlaar y Sneijder y dio el paso a Argentina a la final. ¿Era ese papel una chuleta? Su esposa asegura que no. Pero, antes que nada, demos unas breves pinceladas sobre quién es Sergio Chiquito Romero.

Nacido en Bernardo de Irigoyen, el 22 de febrero de 1987, su primer equipo como profesional fue el Racing de Avellaneda, en la temporada 2006/2007. De ahí pasaría a las filas del AZ Alkmaar holandés donde, cosas de la vida, coincidiría con el seleccionador holandés en la pasada cita mundialista y actual entrenador del Manchester United, Louis van Gaal. Fiel a sí mismo, y tras el disgusto de la eliminación, no dudó en proclamar que fue él quien enseño al portero a desempeñarse tan bien en una tanda de penaltis. Allí, Romero ganaría la liga y la Supercopa holandesas. En 2011, la Sampdoria, por aquel entonces en la Serie B del Calcio, decidió hacerse con sus servicios. Defendió sus colores durante dos campañas. La temporada pasada, fue cedido al Monaco, donde se convirtió en el suplente del croata Daniel Subasic.

A pesar de encadenar serios errores a lo largo de su carrera, y de su condición de suplente en el Monaco, el entonces seleccionador argentino, Alejandro Sabella, decidió mantener firme su apuesta por él. Para él, pesaban mucho más las buenas actuaciones que los fallos. En el Mundial, el arquero se empeñó en darle la razón a su técnico, por mucho que el blocaje del balón pareciera en su caso una misión poco menos que imposible. Algo a lo que muchos guardametas atribuyen al hecho de que la compañía responsable del desarrollo del esférico se centra mucho más en favorecer el fútbol ofensivo, los goles, que en complicar lo menos posible el ya de por sí duro oficio de portero.

El punto culminante de la gran actuación de Romero en el Mundial de Brasil llegó en la tanda de penaltis frente a Holanda. Después de echarle algún que otro vistazo a ese papelito que llevaba encima, consiguió desviar dos lanzamientos, por mucho que el primero de ellos estuviera a punto de darle un disgusto. Si el balón no cruza completamente la línea, aunque sea por muy poco, no es gol. No parece que el balón cruce totalmente. Y, además, parece ser que el propio jugador holandés volvió a tocar el esférico. La suerte no podía darle la espalda. Sobre todo, después de lo que reveló su esposa, Eliana Guercio. La nota que leía el portero no era una chuleta, sino un mensaje que le escribió ella y al que suele recurrir en momentos complicados. Lo que ayudó al arquero argentino a llevar a su selección a la final, aunque ahí acabara hincando la rodilla ante Alemania, no fue otra cosa que el talismán de unos amantes.

domingo, 13 de julio de 2014

El gran salto: Keylor Navas


Dudo que Keylor Navas llegue a olvidar nunca la temporada 2013-2014. Tras protagonizar una más que interesante campaña con el Levante, por mucho que el Barcelona llegara a marcarle siete goles en el estreno de la misma en el Camp Nou, el Mundial de Brasil terminó de encumbrarlo. Fue elegido mejor jugador del torneo hasta en tres ocasiones y su selección, Costa Rica, tras sorprender a Uruguay (3-1), Italia (1-0) e incluso rozar el triunfo ante Inglaterra (0-0), se plantó en los cuartos de final después de eliminar a Grecia en la tanda de penaltis. Holanda, no obstante, acabaría por pagarles con la misma moneda en cuartos, después de que el técnico oranje, Louis van Gaal, protagonizara todo un golpe de genio cambiando a su portero en el último minuto de la prórroga.

La temporada de Navas con el Levante fue del todo espectacular. No en vano, la terminó erigiéndose como el cuarto meta menos goleado, por detrás de Courtois (Atlético), Gorka (Athletic) y Diego López (Real Madrid) y como uno de los más efectivos. Fue el primero en superar las 100 paradas en la campaña 2013-2014 en Primera División, allá por el mes de febrero, y la terminó firmando un total de 161 intervenciones, casi 100 más que el menos goleado. Su nombre, desde luego, ya ha sonado como posible relevo del joven arquero belga en el Atlético, pero los colchoneros no son los únicos que suspiran por verlo en sus filas.

Nacido el 15 de diciembre de 1986 en San Isidro, Navas se inició como futbolista profesional en el Deportivo Saprisa en 2005, conjunto con el que sumó sus hasta el momento únicos títulos a nivel colectivo, entre ellos una Copa de Campeones de la Concacaf que le permitió disputar el Mundial de Clubes de 2005, aunque no llegó a tener minutos. En 2010, fichó por el Albacete, siguiendo los pasos de otro meta costarricense, Luis Gabelo Conejo, que brilló en la Copa del Mundo de 1990. Tras el descenso del conjunto albaceteño a Segunda B, fue cedido inicialmente al Levante en la temporada 2011-2012, club que se haría finalmente con su ficha después de que el Albacete no lograra el ascenso de categoría.

El Levante, en la temporada 2013-2014, se convirtió finalmente en el trampolín perfecto para un portero que cuenta con canal oficial en Youtube y por el que, aparentemente, están dispuestos a pelear grandes clubes europeos como el Oporto o el Bayern de Múnich, según han publicado varios medios de comunicación. Todo parece indicar que, por fin, le ha llegado el momento de dar el gran salto.

jueves, 3 de julio de 2014

Un portero imperial: Julio César


Si apostar por jugar de portero suele ser, por norma general y hasta la llegada de los porteros más mediáticos, algo bastante raro, en un país como Brasil, la cuna del Jogo Bonito, de delanteros como Romario, Ronaldo o Pelé, aún hoy para muchos el indiscutible Rey del Fútbol, esa apuesta se vuelve incluso más complicada. Especialmente, en lo que a la selección brasileña, la canarinha, se refiere. Moacir Barbosa, prácticamente enterrado en vida por sus compatriotas tras el sonado Maracanazo, es quizás la prueba más exagerada de ello. Pero, a veces, el destino tiene giros caprichosos. Ante Chile, en los octavos de final del Mundial 2014, con Brasil nuevamente como escenario, un portero, Julio César, se erigió como el gran héroe.

El empate a un gol se mantuvo más allá de la prórroga. Sorprendió entonces ver cómo las cámaras se centraban en un Julio César al que los ojos se le llenaban de lágrimas. Una tanda de penaltis es una oportunidad dorada para el portero. Si consigue detener algún lanzamiento, puede erigirse en héroe. El peso de la camiseta, ante su gente, tal vez era para él en ese momento un lastre. No tardaría mucho en librarse de él. Al final, sus paradas, ante los lanzamientos de Pinilla y Alexis, combinadas con el fallo de Jara, valieron el pase a cuartos de final. Su dilatada experiencia le ayudó, pero no fue lo único. Según reveló Víctor, tercer portero de la canarinha, incluso hubo algo de intervención divina.

Para el meta brasileño, nombrado mejor arquero en la Copa Confederaciones 2013, es la última oportunidad de alzarse con la Copa del Mundo. Un broche de oro para un palmarés al que, desde luego, no le faltan títulos. Nacido en Duque de Caxias el 3 de septiembre de 1979, debutó como profesional en 1997 con el Flamengo, tras formarse en las filas del Grajau. Con el conjunto de Río ganaría, entre otros títulos, cuatro campeonatos cariocas, así como una Copa Mercosur. Tras siete años en el fútbol de su tierra, el Inter fijó sus ojos en él, y se decidió por ficharlo en 2004. Después de pasar un año cedido al Chievo, dado que el conjunto milanés tenía su cupo de extracomunitarios cubierto, se incorporó definitivamente a las filas del club neroazzurro, donde ganaría cinco ligas, tres copas, cuatro Supercopas de Italia, una Liga de Campeones y un Mundial de Clubes, estos dos últimos trofeos conquistados en 2010.

Una enorme parada de Julio César en la vuelta de las semifinales ante el Barcelona, cuando se había jugado poco más de media hora y tras un buen tiro lejano de Leo Messi, contribuyó decididamente a que los italianos se metieran en la final de la Champions, que se disputó esa temporada en el Santiago Bernabéu. Allí, con Mourinho en el banquillo, el meta y sus compañeros se harían con el preciadísimo trofeo tras imponerse al Bayern de Múnich por 0-2 con dos goles del argentino Diego Milito.

El fútbol, no obstante, es cruel. No tiene memoria. Al final de la temporada 2011-2012, en la que el Inter se quedó sólo a cinco goles de su peor registro en goles concedido en el Calcio, muchos de los aficionados interistas cargaron las tintas contra Julio César, al que acusaron de haberse acomodado. La entidad fichó a un meta, el esloveno Samir Handanovic, y el brasileño expresó su voluntad de dejar el club. En agosto de 2012 iba a iniciar su aventura en la Premier League, anunciando su fichaje por cinco termporadas por el Queens Park Rangers. Su aventura tuvo poco éxito. El equipo bajó a la First, pero eso no fue motivo suficiente para que el seleccionador brasileño, Luis Felipe Scolari, perdiera su confianza en él, dadas las buenas intervenciones que había dejado el meta en su primera temporada en Inglaterra. Sus buenas actuaciones en la Copa Confederaciones le darían la razón al técnico.

Las cosas, no obstante, no fueron tan bien en su equipo. El Queens Park Rangers dejó de contar con él tras su descenso, con lo que, en febrero de 2014, llegó a un acuerdo para jugar en calidad de cedido en el Toronto FC, para llegar al Mundial con ritmo de competición. El año 2013 no fue nada bueno para él. En absoluto. El peor trago, el atraco que sufrió su esposa, Susana Werner, ex de uno de esos grandes delanteros de los que hablábamos al principio, Ronaldo, y con la que tiene dos hijos, Giulia y Cauet. Ahora, la fortuna parece decidida a volver a sonreírle. Por el momento, en lo que va de Mundial, ya ha demostrado que sigue siendo un portero imperial.

lunes, 28 de abril de 2014

La última oportunidad: Mark Schwarzer


Hay dos trofeos que todo futbolista sueña con levantar algún día: la Copa del Mundo y la Champions League. Es obvio que nacer en países de arraigada tradición mundialista, como Italia, Alemania, Argentina o Brasil, al fin y al cabo los que suman más títulos mundiales, puede acercar en parte que se cumpla uno de esos sueños. O incluso los dos. Ahora bien, para un australiano, la cosa se vuelve mucho más complicada. En todos los sentidos. No en vano, Australia, que debutó en la mayor competición futbolística del planeta en 1974, se pasó 32 años fuera de la misma. Eso sí, desde su regreso a la cita, en 2006, no se pierde una. Buena parte de culpa de ello la tuvo su portero, Mark Schwarzer. El meta, el jugador con más partidos internacionales con los socceroos, renunció el año pasado a su selección. Es imposible que pueda cumplir uno de esos sueños. Algo que España, Holanda y Chile, que compaten grupo con Australia, habrían puesto también muy complicado. Lo de la Champions, en cambio, ya es otra historia.

Nacido el 6 de octubre de 1972 en Sydney, es muy posible que lo del fútbol le venga fundamentalmente por su origen Alemán. Sus padres, Hans-Joachim y Doris, emigraron allí en 1968. Con sus 1,95 metros de estatura, estaba casi predestinado a jugar de portero. Los Marconi Stallions de Fairfield, aún en Australia, fueron los primeros que le dieron la oportunidad de iniciarse como profesional en 1990. Cuatro años después, dio el salto a Europa, para jugar durante una temporada en el Dinamo de Dresden, de donde pasaría al Kaiserslautern, donde aguantaría también sólo una campaña. Las cosas serían muy diferentes en su nuevo destino europeo: Inglaterra. Tras una nueva única temporada en otro club, en este caso el Bradford, encontró su primer auténtico hogar en el Middlesbrough, donde jugaría entre 1997 y 2008. Allí ganaría la Copa de la Liga inglesa en la temporada 2003-2004. También disputó una final de la Copa de la UEFA, en la campaña 2005-2006, en la que cayó ante el Sevilla por 0-4.

Schwarzer también tuvo la oportunidad de jugar una final europea, en este caso de la Europa League, el nuevo nombre de la UEFA, en la temporada 2009-2010 con el siguiente club de su carrera el Fulham, donde permanecería entre 2008 y 2013. Curiosamente, fue el Atlético de Madrid, en la prórroga, el conjunto que le privó en esa ocasión de alzar un título continental al imponerse por 2-1. Las buenas actuaciones del arquero australiano en el Fulham no pasaron inadvertidas para el portugués José Mourinho, un técnico que parece tener preferencia por la veteranía a la hora de reforzar la portería del Chelsea. Al acabar su contrato, lo convenció para que probara suerte en su equipo, como suplente de Petr Cech. El año pasado, además, el entrenador portugués lo convirtió en el debutante más veterano en la máxima competición europea, al otorgarle la titularidad en el encuentro que los blues disputaron frente al Steaua de Bucarest en Stamford Bridge y que acabó con triunfo local por 1-0. Con todo, ya demostró en un amistoso ante la Roma en la pretemporada que lo del juego con los pies, como para casi todo portero veterano, no acaba de ser lo suyo. Por lo menos, su equipo acabó imponiéndose por 2-1.

La semana pasada, ante el Atlético, una desafortunada lesión de Cech obligó a Mourinho a dar entrada a Schwarzer. Algunas grandes intervenciones del meta, como la que realizó ante un peligroso libre directo lanzado por Gabi, facilitaron que los de Mourinho se llevaran un empate sin goles que, en apariencia, los pone en franca ventaja para colarse en la final de la Champions que se disputará a finales de este mes en Da Luz. El portero australiano, dada la grave lesión de su compañero, que se perderá lo que queda de temporada, será, salvo nuevos percances, el encargado de defender la portería inglesa hasta el final de la presente campaña.

Después, colgará los guantes. Tiene previsto vivir en una granja con su esposa, Paloma, y sus dos hijos, Julian y Amaya. Habla con fluidez inglés, alemán y español, e incluso ha publicado varios libros. Uno de ellos, el diario de sus experiencas en el Mundial de 2006. No obstante, quizás a los que les tiene más cariño son a los de las aventuras de un joven inglés, Edward Megs Robinson, que emigra a Australia y se adapta a su nuevo país gracias al fútbol. Ya lleva escritos cinco. El último sale a la venta precisamente este jueves. Quién sabe. Quizás podrá celebrarlo con la clasificación de su equipo para disputar la final de la Champions. La última oportunidad que tiene Schwarzer de cumplir con uno de los sueños que mecen todos los futbolistas.